INTERACCIONES MATERIA-ENERGIA
La materia/energía es el único componente en toda existencia de nuestro universo. El Universo Evolutivo actual parece resultar de dos propiedades fundamentales de la materia/energía. Una de ellas es la reactividad, que está presente en todas las interacciones físicas que originan el movimiento y que como idea filosófica se reconoce como determinismo. La misma se manifiesta como autorreactividad, que se traduce como factor de diversidad de las especies generadas. Es decir que ambas propiedades, reactividad y diversidad, intervienen en los procesos evolutivos de la materia/energía.
La reactividad se mantiene en la diversidad de especies formadas, en cualquiera de las expresiones de complejidad que se considere, incluyendo las propiedades emergentes que pueden aumentar la reactividad de dichas especies. Este mantenimiento de la reactividad en las diversas formas que puede adquirir la materia/energía en un proceso evolutivo se manifiesta como proceso probabilístico. De manera que ambos, determinismo y probabilidad, están presentes en cualquier proceso evolutivo.
El conocimiento de la segunda ley de la termodinámica y el previsto aumento de la entropía sugieren que el universo tiende a un equilibrio en el que el flujo de energía en la materia (movimiento) se detiene.
Se desconoce el mecanismo por el que se puede generar la energía que pone en movimiento el universo evolutivo actual.
La materia y las propiedades emergentes
Una de las propiedades más fascinantes de la materia es la de tener una masa concreta, resultante de la interacción de sus partes constituyentes, y una densidad, que a su vez resulta en las fuerzas gravitacionales que desde Newton consideramos la propiedad fundamental, manteniendo los órganos del universo en equilibrio dinámico.
Cuando consideramos cómo se puede haber generado tanta materia y energía como la que constituye el universo, podemos pensar que su formación ha sido progresiva, con inicio desde gérmenes autogenerativos como la vida misma. Aunque la proposición es ingenua, no parece existir otra manera de pensar en cómo se han originado la materia y el universo. Entonces, toma particular relevancia la cantidad, la cual para ser reconocida y definida se designa una parte convencional como unidad, que será luego utilizada en la cuantificación de las especies formadas. No sabemos si la singularidad que conduce al big bang significa que el total de materia/energía del cosmos ha colapsado y es la que conforma nuestro universo actual. En este caso tampoco sabemos cómo se ha generado tanta materia.
Se sabe, por ejemplo, que la magnitud de masa regula el efecto gravitacional que la masa ejerce sobre su entorno. Asimismo, se sabe que la producciónde un rayo láser o de microondas se genera desde una alta densidad (o cantidad) de fotones. En los sistemas biológicos se ha visto también que la formación de microtúbulos celulares está condicionada por los niveles de concentración de las subunidades formadoras o constituyentes. Otro componente que caracteriza a la materia es la calidad, que define propiedades que incluso pueden ser exclusivas de uno de los tipos de materia/energía.
Pareciera que con solo variar la cantidad de una forma interactiva podríamos generar tanta diversidad con aumento de la complejidad del sistema que es difícil imaginar. En cada momento que se considere estaríamos en presencia de nuevas propiedades emergentes y en momentos diferentes de la evolución de la materia/energía y del universo todo. Por lo que debemos pensar que las nuevas propiedades emergentes tienen su origen no solo en la diversidad de especies participantes en la interacción, sino también en la evolución de la cantidad que participa en la complejidad, la que en cada grado de organización (o situación) denota sus caracteres específicos (ver más adelante).
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